DELITOS COMETIDOS DURANTE EL ESTADO DE ALARMA: DELITOS INFORMÁTICOS

Durante el transcurso del estado de alarma decretado por el Gobierno del Estado Español desde el 14 de marzo de 2020, han sido numerosos los delitos que se han cometido, pero no precisamente los habituales que se venían cometiendo hasta ese momento, que de hecho han caído en picado. Delitos como los hurtos o los robos en casa habitadas, por ejemplo, se han visto drásticamente reducidos debido al hecho que la nueva situación a la que se ha visto abocada la sociedad, en cuanto a permanecer en sus domicilios en un estricto confinamiento, ha limitado con creces las oportunidades que tenían los ladrones para cometer sus tareas delictivas habituales.

 

Sin embargo, hay otros delitos que se han mantenido, y otros que han proliferado, como pudieran ser los delitos relacionados con las estafas informáticas. Este tipo de delitos han visto aumentada su perpetración en más del doble de los que se realizaban antes del inicio de la pandemia, y eso es mucho, teniendo en cuenta que en los últimos años la comisión de estos delitos ya había visto multiplicado por 4 su actividad.

 

Por lo general, los delitos informáticos están asociados con las estafas y la usurpación de datos personales para conseguir estas. Nos creemos que nos estamos volviendo más cuidadosos en cuanto a la apertura de determinados enlaces, pero lo cierto es que, ya sea por un mayor esfuerzo para parecer sitios fiables o por mayor descuido de los usuarios, los denominados “hackers” están consiguiendo con éxito muchos de sus fines perseguidos.

 

Es lógico pensar que en las últimas semanas de confinamiento, y en un mundo cada vez más digitalizado, informatizado y automatizado, el uso de las tecnologías han sido nuestros principales aliados, pero también nuestros principales enemigos.

 

¿Quién no ha recibido un mensaje de whatsapp en la que dice que sigas el enlace que verás un video muy divertido? Si fuéramos precavidos, no prestaríamos la menor atención y no iríamos al enlace; sin embargo, aquí ocurre uno de esos clásicos: “me lo ha mandado una persona de confianza”. Esta persona será de confianza, ella misma es una persona confiada, y por ello, tras entrar en el enlace y ver ese video tan gracioso, decide reenviarlo a otras personas. Lo que no sabe es que al haber entrado en ese enlace ha permitido la entrada de un virus, que le va a recopilar todos sus datos personales, y cuando lo necesite, aquél que lo ha creado lo va a usar para su propio beneficio. Y reenvío, tras reenvío, tras reenvío… algo tan inocente y a la vez tan peligroso.

 

Podría ser perfectamente un ejemplo de lo que supondría un delito informático; quizá ese enlace que te envía tu tío no contiene ningún virus y solo sea un bonito video de cachorros, pero ante la duda del enlace, lo mejor es no acceder al mismo.

 

Los supuestos de delitos informáticos pueden ser muy variados, pero lo que normalmente tienen en común es que son muy difíciles de perseguir, sobretodo porque los medios usados para su perpetración se encuentran lejos del estado español, y los Tribunales tienen una ardua empresa para localizar y juzgar a los responsables; otra razón por la que resulta difícil su persecución es por la falta de denuncias de las víctimas, y es que estas en numerosas ocasiones se avergüenzan, ya sea por el contenido del enlace que estaban mirando o por la estafa de la cual han sido víctimas. Pero ciertamente denunciar resulta capital para poder llegar a una recuperación de lo perdido y para encontrar a los responsables y que paguen por ello.

 

Los delitos informáticos, que pueden ir acompañados de la comisión de otros delitos, pueden llegar a ser castigados con penas de prisión, de tal modo que no puede hablarse de que sea un delito menor, y lo más probable es que las próximas revisiones del Código Penal vayan encaminadas en mejorar el radio de acción de la justicia en este ámbito y en endurecer las penas aplicables.

 

En Giménez Defensa Penal colaboramos estrechamente con un abogado experto en delitos informáticos que además es profesor de Derecho Penal y Cibercriminalidad en la Universitat de Barcelona.

 

        

Joel Giménez Albero

Abogado Penalista

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