DELITOS COMETIDOS DURANTE EL ESTADO DE ALARMA: VIOLENCIA DE GÉNERO

Durante todo el transcurso del estado de alarma si ha habido una situación que se ha visto reforzada, negativamente hablando, ha sido los casos de violencia de género.

 

La situación de opresión y control por parte del agresor se ha visto maximizada con el confinamiento, ya que con la imposibilidad de salir a la calle y tener que compartir un espacio pequeño las 24 horas del día ha supuesto un auténtico infierno para algunos casos de mujeres maltratadas.

 

No es casual que se hayan visto más anuncios en la televisión recordando el teléfono de atención a víctimas de violencia machista, e incluso se desarrolló una vía para que la mujer maltratada pudiese pedir ayuda en la farmacia. La idea resulta sencilla, a la par que fácil de ejecutar. Teniendo en cuenta que estando en confinamiento podía llegar a resultar muy difícil o imposible realizar una llamada sin que el agresor se percatara de ello, cuando la mujer se acercaba a la farmacia, solicitaba una “mascarilla 19”, de tal manera que el personal de la farmacia sabían que podían estar ante un presunto caso de violencia de género, y alertaban a las autoridades al respecto.

 

Sin embargo, y de una manera paradójica, aunque hayan aumentado las consultas telefónicas al mencionado teléfono o incluso se hayan alertado a las autoridades a través de esa idea de la “mascarilla 19”, la realidad es que las denuncias que acaban judicializándose han descendido. En parte tiene su lógica, y es que una cosa es denunciar una situación, pero hasta que finalmente se actúa, ha dado tiempo a que el presunto agresor haya “convencido” a la víctima para que no presente la denuncia, habiendo sido solo un momento de crispación, sin intención de agredir.

 

En todas las casas ha habido momentos de tensión o de discusiones, el confinamiento ha sido duro para todos, pero sin duda la peor parte se la han llevado esas mujeres que ya venían sufriendo episodios repetidos de maltratos, y que han visto limitadas sus opciones de escapatoria.

 

Sería razonable pensar que, una vez se proceda al desconfinamiento se vea aumentadas las denuncias presentadas ante la policía y que lleguen a formalizarse en el Juzgado. Otra cuestión será si, una vez se proceda al enjuiciamiento del caso, se proceda hasta al final; y es que, como ha ocurrido en tantas y tantas ocasiones, la mujer se ha podido acoger al Derecho a no declarar contra su pareja o bien ha negado los hechos, y ha finalizado con un archivo del expediente.

 

Quizá con la experiencia vivida durante el confinamiento haya servido para dar ese punto final a una situación completamente tóxica, pero eso solo se verá con el tiempo.

 

Además, hay un añadido más, y puede ser la falta de prueba. Teniendo en cuenta que tal mujer maltratada quizá no ha salido del domicilio, si ha tenido algún tipo de lesión, quizá no haya podido ser visitada por el médico y no tenga posibilidad de presentar ningún parte de urgencias que lo corrobore. Y respecto de los testigos, bien podría también ocurrir que ningún vecino, o no haya tenido conocimiento o no se haya querido acercar a la puerta para preguntar si iba todo bien para posteriormente llamar a la policía.

 

Sin duda, durante los próximos meses se analizarán las diferentes consecuencias que han dado lugar el confinamiento durante el Estado de Alarma, y las estadísticas, aunque quizá no tan precisas como la realidad requiere, indicarán un aumento de casos de violencia de género, o por lo menos de las denuncias que se vaya a presentar en las próximas semanas.

        

Joel Giménez Albero

Abogado Penalista

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